Mientras miraba por la ventana con su cuerpo
horizontal, pasó el minuto en que conjuró su nombre y esperó hasta que la piel
le picó para generar la oscilación del lóbulo que le permitiera olvidar la
sensación de las pestañas contra su piel. Quizá si el cielo se condensara
hiciera juego con él y la noche no se acabara tan rápido.

No hay comentarios:
Publicar un comentario